
La quinua, originaria de la cuenca del lago Titicaca, se ha cultivado en los Andes peruanos desde hace más de 5000 años y formó parte esencial de las dietas de civilizaciones precolombinas como los incas, quienes la denominaban “chisaya mama” o “madre de todos los granos” por su alto valor nutritivo y simbólico
Tras la conquista española, su cultivo declinó ante los cereales foráneos, pero permaneció en zonas rurales y altiplánicas, donde las comunidades indígenas mantuvieron vivas sus variedades nativas.
En el siglo XX, la quinua empezó a revalorizarse no solo como alimento local, sino también por sus propiedades funcionales; estudios recientes destacan su proteína completa —rica en todos los aminoácidos esenciales— y sus carbohidratos de bajo índice glucémico, factores clave en dietas modernas enfocadas en la salud y el bienestar.
La diversidad genética de la quinua peruana supera las 3000 variedades registradas, protegidas y promovidas por iniciativas de conservación in situ y bancos de germoplasma, que resguardan adaptaciones únicas a altitudes que van desde los 2000 hasta más de 4000 metros sobre el nivel del mar.


Reconociendo su valor cultural, el Estado peruano ha declarado el conocimiento ancestral sobre la quinua como Patrimonio Cultural de la Nación, reforzando el orgullo comunitario y las festividades ligadas a su cosecha.

Referencias:
https://www.cien.adexperu.org.pe/wp-content/uploads/2025/04/NC_Mar2025Quinua_vf.pdf